domingo, 11 de noviembre de 2007

Sobre la controversia entre el Rey Juan Carlos de España y el Presidente Chávez, en la Cumbre Iberoaméricana


Respecto a la controversia suscitada por el intercambio de palabras entre el Presidente Chávez y el Rey Juan Carlos I de España, quisiera señalar que, observando de manera desapasionada dicha situación, es innegable que la canalla mediática manipuló una situación que, en todo caso, nunca fue provocada por el Presidente Chávez, sino por su homólogo, el Jefe de Estado español.
Dicha manipulación tiene como objetivo evidente convertir en culpable a la víctima, que fue el Presidente Chávez.
Es inconcebible que en pleno siglo XXI, un Jefe de Estado tenga la osadía y la grosería de mandar a callar a otro.
Uno supone que un Rey recibió la formación, la educación, para comportarse convenientemente, con la dignidad de un Jefe de Estado, en un foro internacional. Pero, por lo visto, uno se equivoca.
El Presidente Chávez ejercía su derecho legítimo a expresarse. En todo caso, no dijo sino verdades.
¿Quién, por el amor de Dios, puede reaccionar a la defensiva cuando se denuncia la situación de colonialismo y neocolonialismo de la que fuímos víctimas en los últimos 500 años?
El Presidente Chávez, en todo momento, se dirigió con respeto a sus contrapartes españoles.
¿Que llamó fascista al fascista Aznar?
Resulta curioso que el Jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reaccione en defensa de un ex Jefe de Gobierno cuyo Embajador, como es del conocimiento público, SÍ se encontraba en el Palacio de Miraflores aquél día del infausto Golpe de Estado contra el Gobierno legítimo del Presidente Chávez, avalando así con su presencia, esa acción contra el Estado de Derecho de NUESTRO PAÍS.
¿O es que los Embajadores españoles enviados por Aznar actuaban sin que éste tuviera conocimiento de lo que hacían? Eso resulta altamente improbable.
Resulta indignante el estado de colonización mental que tienen tantos que son incapaces de apreciar el trato DESEQUILIBRADO que recibió aquél hecho por parte de los medios de comunicación privados.
Salvo CNN, hay que reconocerlo, ninguno tuvo la gentileza de colocar, en letras pequeñas, lo que en efecto estaba diciendo el Presidente Chávez al momento en que Zapatero pedía respeto para el ex presidente Aznar.
Pues resulta que nuestro Jefe de Estado solicitaba RESPETO. Hay un principio básico en las relaciones internacionales llamado reciprocidad.
¿Por qué el Presidente Chávez va a usar calificativos elegantes y delicados con aquéllos que se refieren a él de manera grosera?
¿Acaso el trato recibido por el Presidente Chávez de parte de Aznar puede calificarse de otro modo, como no sea fascista?
Uno imagina que la reacción de Zapatero obedece a que tiene que responder, no sólo ante el PSOE, sino ante la derecha española, heredera del franquismo, representada en el PP, que le hace la vida imposible.
Sin embargo, resulta de una gran soberbia exigir a un Jefe de Estado que respete a quien no le respeta.
No puede uno quedarse callado. Esto recuerda la Ley del Embudo.
Aparentemente, ciertas personas, como por ejemplo José María Aznar, por el sólo hecho de ser europeas y representantes de lo que, con gran soberbia, ciertos sectores de la intelectualidad de derechas llama "democracia real", tienen todo el Derecho a ofender y descalificar a los Jefes de Estado de los países del Sur, mientras éstos últimos, si osan defenderse en un escenario internacional, sólo merecen que se les exija respetar a quienes los ofenden.
En momentos como este, los representantes de países del Norte "desarrollado" olvidan las más elementales normas de cortesía internacional. Dan órdenes, exigen, demandan actitudes de sus contrapartes del Sur, como si éstos países aún fueran colonias de grandes Imperios.
Olvidan que el Rey de España y el Presidente de Venezuela son, en el orden internacional, jurídicamente IGUALES, por lo que es de un pésimo gusto que uno de ellos se atreva a mandar a callar al otro.
¿Por qué reaccionó así el Rey de España? ¿Acaso no es él el Jefe de la Política Exterior española?
¿Acaso no está al tanto de lo que hicieron sus Embajadores en el pasado reciente en Venezuela?
Si esto no es soberbia y actitud de superioridad imperial, habrá que pedirle, muy respetuosamente, al Rey de España, que se actualice y vaya acorde a los tiempos en que vivimos.
Creo que el tratamiento dado por los medios de comunicación españoles a la situación es realmente indignante para nosotros, porque el Presidente Chávez es representante nuestro, el pueblo de Venezuela.
Aplauden la actitud altanera, soberbia e inadecuada del Rey de España, como si el "macaco" Chávez merecía una salida así de grosera. Lo que dijo Chávez, lo callan. Que injusticia...¿o le llamamos, mejor, racismo? También se le puede llamar distorsión de la Verdad.
Se me viene a la mente el cuento del escritor danés, Hans Christian Andersen: El Traje Nuevo del Emperador, que es un cuento famoso por la frase "el Emperador está desnudo".
Nadie se atreve, en su país, a decirle la verdad al Rey de España: Con todo respeto, Su Majestad, su actitud fue muy equivocada.
Aplaudo las declaraciones del señor Llamazares, de Izquierda Unida, con toda razón las únicas sensatas que he escuchado por parte de los representantes de la política interna española.
Yurlen Rondón
Internacionalista

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