martes, 11 de septiembre de 2007

Un testimonio del horror ...

Un día como hoy, 11 de septiembre, el fascismo acabó con la democracia en Chile, que viviría 17 largos y traumantes años de Dictadura, bajo la égida de ese ser mediocre llamado Augusto Pinochet.

Un día como hoy, el Palacio de la Moneda sufrió los atroces bombardeos de las fuerzas oscuras, del egoismo, la mediocridad y la maldad humana. Un día como hoy, comenzó la larga noche del sufrimiento del Pueblo chileno: comenzó el Holocausto.

He aquí un testimonio de ese horror. En la sensibilidad de Victor Jara, una de las primeras víctimas de aquélla masacre cometida en el Estadio Nacional de Chile, hoy llamado, en su honor, Estadio Victor Jara.

"¡Ay, canto, qué mal me sales!
¡Cuándo tengo que cantar espanto! Introducción.
DÉCIMA:
1º Espanto como el que vivo,
2º como el que muero, espanto.
3º De verme entre tanto y tantos
4º momentos del infinito
5º en que el silencio y el grito
6º son las metas de este canto.
7º Lo que veo nunca vi,
8º lo que he sentido y que siento...
9º harán brotar al momento... (borroneado en el original)
10º de la sangre, un fusil...

Lo de “borroneado en el original” (puesto por terceros, en Argentina o Chile), que vi yo con mis propios ojos en la primera versión mecanografiada del poema de Víctor Jara, confirmaría que “no le estaba saliendo” la letra del canto como él hubiera querido, aquella tarde del viernes 14, y en las antesalas de su fusilamiento al día siguiente, que él preveía.

El cantautor ya estaba muy afectado por las golpizas recibidas, a culatazos, patadas en el rostro y un ojo, el abdomen y los genitales, una herida en la cabeza causada por golpes con una contundente pistola de acero, que lo hizo sangrar profusamente de la cabeza, ya en el primer día, al llegar al Estadio Chile (miércoles 12 de septiembre de 1973)...

No le salía el canto como él quería, pese a su lucidez en una situación tan extrema. Tal vez por eso aquel malhadado verso de los militares “con su rostro dulce de matrona”, la mención a “un número que me preocupa”, que no se entiende...

La búsqueda sin rumbo de otras imágenes, hasta volver a la décima tradicional, a la que lo llevaba su origen campesino... Décima en que el último verso, el 10º, sí rima con el 7º, y donde la palabra “fusil” viene a cuento, aunque no empalme con el 6º, que tampoco rima con el 7º en este caso...

Y así el canto de Víctor Jara quedó truncado, sin duda, aunque es difícil probar que fue modificado."

Camilo Taufic (Tomado de Rebelion..org)

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