sábado, 22 de septiembre de 2007

Filósofos al servicio del capitalismo posmoderno...hoy: Gilles Lipovetsky


Cuando uno ve críticamente la hipermodernidad, puede calificarla como "optimista"... pero si lo es, lo es de un modo aséptico e inhumano.

Hipermodernidad fue, por ejemplo, el fordismo e hipermodernidad también fue, en los términos más extremos posibles, los métodos de selección genética ejecutados por el Gobierno criminal de Adolf Hitler.

Uno de los grandes problemas que plantea la posmodernidad, desde el punto de vista del lenguaje, es el "todo vale".

Como dice Rigoberto Lanz, "nosotros pensamos que usamos el lenguaje, pero no, el lenguaje nos usa a nosotros" (parafrásis mía).

Critico el rescate de la modernidad eurocentrista, " racional" e "ilustrada", ahora devenida en "hiper", que hace Lipovetsky hoy en día y, además, elogiada.

La hipermodernidad ha perdido, para Lipovetsky, sus contenidos inhumanos, y se ha transformado en una especie de "promesa de progreso y bienestar" gracias a la razón eurocentrista (ahí vamos de nuevo pa´tras) y sus contenidos "ilustrados" y "racionales".

Para el filósofo, hoy en día, la modernidad retocada y rejuvenecida ha superado los discursos criticos del pasado para renacer como algo positivo.

Y puede que Lipovetsky tenga razón al pensar que, hoy día, todo es "hiper".

¿Pero por qué va a ser positiva, por ejemplo, la expansión inhumana de las grandes transnacionales a costa del trabajo esclavo de los niños, por ejemplo?

Ah, es que Lipovetsky parte de su subjetividad de Hombre-Blanco-Europeo.

Como esos niños y mujeres que trabajan mucho más de 8 horas al día y que carecen de protección jurídica en sus derechos NO SON UNA REALIDAD de su país...

No creo que el status quo mundial que vivimos hoy día sea algo de lo que debamos sentirnos "orgullosos".

Al Lipovetsky de hoy lo encuentro muy cercano a ese teórico de la derecha posmoderna, el señor Fukuyama, en su planteamiento de la misión "salvadora del mundo" que supuestamente tiene el capitalismo y los valores sobre los que se apoya: democracia representativa y libre mercado.

En tal sentido, prefiero las posiciones críticas de Baudrillard y muy especialmente, el rescate de la ética humanista, incluso como fundamento del lenguaje, para la acción, como lo hace Habermas y Dussel.

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