En mi opinión, los revolucionarios tenemos que dar el debate constantemente, en todos los frentes.
Como dice Juan Carlos Monedero, valiéndose metafóricamente de un cuento de Julio Cortázar, "la revolución debe ser como un juego para armar y desarmar", en el sentido trostkista de que ella no debe constituirse en un establishment conservador para entonces dejar de ser revolucionaria.
Y la forma de hacerlo es a través del trabajo, la dialéctica, la autocrítica reflexiva y la evaluación constante.
Por eso, dice el mismo Monedero, citando a Gramsci, que, ya que todos somos filósofos, es conveniente que todos nos convirtamos en "intelectuales orgánicos", agentes perennes del cambio revolucionario.
En el debate se va construyendo lo que es útil y necesario y también en el debate se pueden de-construir las mentiras mediáticas, los ataques manipuladores y los falsos argumentos del fascismo oposicionista.
Pero, una cosa es la sana dialéctica y la discusión interna, y otra cosa es valerse de las banderas del enemigo fascista para "criticar" la revolución.
¿Ejemplo? Las vergonzosas "críticas" del Gobernador Didalco Bolívar.
¿Ese tipo de "crítica"... es realmente tal o, más bien, una avanzada del oposicionismo fascista coleada dentro del movimiento revolucionario?
Ese tipo de avances debe ser fuertemente rechazado, muy especialmente a nivel de las ideas, por los revolucionarios bolivarianos. Debemos saber identificarlos siempre.
No obstante, cuando al oposicionismo fascista se le enfrenta como lo ha hecho la revolución bolivariana, sin miedo y de frente, ese enemigo que antes nos parecía terrible, magnificado por sus propios medios televisivos, ahora se nos muestra en sus incoherencias y debilidades, en su torpeza, en su pequeñez.
Por eso es que la Revolución Bolivariana los ha derrotado, una y otra vez. Porque se le hace frente con el mejor esfuerzo colectivo de nuestros recursos intelectuales y morales.
Decía el Presidente Chávez, citando a Marx, que " a la Revolución avanza con el látigo de la Contrarrevolución".
Y no significa esto que la contrarrevolución fascista sea digna de loas, ni mucho menos.
Pero ante el ataque del enemigo dialéctico, una revolución se crece y da saltos cuánticos.
El enemigo está allí para que nosotros seamos una mejor revolución.
Y... NO PASARAN.
Como dice Juan Carlos Monedero, valiéndose metafóricamente de un cuento de Julio Cortázar, "la revolución debe ser como un juego para armar y desarmar", en el sentido trostkista de que ella no debe constituirse en un establishment conservador para entonces dejar de ser revolucionaria.
Y la forma de hacerlo es a través del trabajo, la dialéctica, la autocrítica reflexiva y la evaluación constante.
Por eso, dice el mismo Monedero, citando a Gramsci, que, ya que todos somos filósofos, es conveniente que todos nos convirtamos en "intelectuales orgánicos", agentes perennes del cambio revolucionario.
En el debate se va construyendo lo que es útil y necesario y también en el debate se pueden de-construir las mentiras mediáticas, los ataques manipuladores y los falsos argumentos del fascismo oposicionista.
Pero, una cosa es la sana dialéctica y la discusión interna, y otra cosa es valerse de las banderas del enemigo fascista para "criticar" la revolución.
¿Ejemplo? Las vergonzosas "críticas" del Gobernador Didalco Bolívar.
¿Ese tipo de "crítica"... es realmente tal o, más bien, una avanzada del oposicionismo fascista coleada dentro del movimiento revolucionario?
Ese tipo de avances debe ser fuertemente rechazado, muy especialmente a nivel de las ideas, por los revolucionarios bolivarianos. Debemos saber identificarlos siempre.
No obstante, cuando al oposicionismo fascista se le enfrenta como lo ha hecho la revolución bolivariana, sin miedo y de frente, ese enemigo que antes nos parecía terrible, magnificado por sus propios medios televisivos, ahora se nos muestra en sus incoherencias y debilidades, en su torpeza, en su pequeñez.
Por eso es que la Revolución Bolivariana los ha derrotado, una y otra vez. Porque se le hace frente con el mejor esfuerzo colectivo de nuestros recursos intelectuales y morales.
Decía el Presidente Chávez, citando a Marx, que " a la Revolución avanza con el látigo de la Contrarrevolución".
Y no significa esto que la contrarrevolución fascista sea digna de loas, ni mucho menos.
Pero ante el ataque del enemigo dialéctico, una revolución se crece y da saltos cuánticos.
El enemigo está allí para que nosotros seamos una mejor revolución.
Y... NO PASARAN.
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