Y no es porque no le fuera fácil sonreir: un hombre de su talla espiritual y moral tuvo infinidad de ocasiones para mostrar su amor a la Vida con una linda sonrisa, como de hecho lo hizo.
Pero el compromiso, su lucha por la noble causa de la liberación del Ser Humano y la Humanidad, es lo que uno ve en esos retratos que reflejan los numerosos momentos en que Usted practicó su actividad preferida, el contacto humano con el Otro, la empatía, la solidaridad, la lucha desinteresada por la dignidad humana, en actos de gran desprendimiento y humildad que le eran naturales, porque Usted en su acción cotidiana no hizo sino reflejar, con gran coherencia, los más nobles sentimientos y motivaciones humanas.
Usted tuvo el coraje, la hidalguía, la dignidad, de mostrarle al mundo entero que es falso que el hombre sea el enemigo natural de su hermano, que es falso que no haya opciones al egoísmo y a la avaricia personal o colectiva, que es falso que la motivación de toda acción humana sea la vanidad y la soberbia, y que es falso que el ser humano esté destinado, fatalmente, a ser el hijo maldito de Adán.
Por el contrario, Usted tuvo la valentía de actuar como nuestro hermano mayor, Jesús, nos enseñó.
Comandante, aunque cuando yo nací hacía 5 años que Usted ya no estaba en la Pachamama, yo siempre lo amé, como lo aman millones de corazones que quieren seguir su ejemplo.
Y este es mi humilde homenaje a Usted.
Hasta la Victoria siempre, Comandante Ernesto "Che" Guevara.
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