Ayer en la mañana asistí a una conferencia en las residencias Anauco Suites, organizada por el Centro Internacional Miranda.
La misma tenía como título: “Socialismo del s XX y Socialismo del s XXI: continuidades y rupturas”´ y tuvo como ponentes a la valiente compatriota Eva Golinger, autora del Código Chávez, a quien todos conocemos por su agudeza, capacidad de investigación y compromiso y al intelectual español Juan Carlos Monedero.
A Juan Carlos Monedero solo le había visto en VTV y, a decir verdad, muchas veces pensé al verlo que se trataba de ese otro gran intelectual español, Pascual Serrano, director de Rebelión.org.
Quedé impresionada con la profundidad intelectual, la amenidad, la simpatía, de este intelectual solidario con las causas de los países oprimidos, al punto de decir que quedé totalmente cautivada por él.
Yo, que no le conocía en lo absoluto como intelectual, pues debo reconocer que por confundirlo con Pascual Serrano no le había leído hasta ahora, me quedé sorprendida por las coincidencias en algunas ideas que, humildemente, esta servidora había planteado en discusiones en otros foros y en reflexiones personales sobre el socialismo del s XXI, al que siempre le he llamado “socialismo en clave posmoderna”.
Ni por asomo pretendo compararme intelectualmente con Monedero, ya que no tengo su andar intelectual o profesional.
Pero sus razonamientos tan coherentes, sólidos y tan apegados a los principios humanistas de la izquierda, que no se mueren porque le de la gana a la derecha, son luces para todos los que queremos que el socialismo del s XXI se concrete, tanto en el plano de las ideas, como en la construcción de la realidad nueva que haremos como sujetos históricos y sociales que somos.
Les resumo brevemente la conferencia, según la entendí:
En ella, se planteo que los socialismos del pasado, al igual que el propio capitalismo, esta transversalmente marcados por las ideas de la modernidad (progreso, vision lineal de la historia y el colonialismo...yo pienso que eurocentrismo).
El fracaso de todos los socialismos del s XX tienen en común: el Estado burocrático, los partidos sustituyendo a la sociedad (Robespierre, Trotsky y Rosa Luxemburgo lo habían advertido y miremos como terminaron) y la razón moderna.
El socialismo es un hecho histórico, lo que quiere decir que no es algo que se petrifica en el tiempo o que desaparece por “no ser útil” (visión utilitaria, capitalista). Su carácter histórico le permite rearmarse, repensarse y reestructurarse.
Hay que buscar en el pasado las preguntas, mas no las respuestas.
Las respuestas debemos inventarlas con el conocimiento que nos da interpelar al pasado, es decir, conocer por que fracasaron modelos, por lo que debemos evitar repetir los modelos sin (re)conocer los errores.
En tal sentido, el PSUV empieza bien, con la advertencia de los errores en los que se cayó en la URSS, por ejemplo, con el Estalinismo.
Todos somos filósofos, pero es importante que los revolucionarios nos convirtamos en intelectuales orgánicos, como decía Gramsci, comprometidos con el pensamiento revolucionario pero no para fiscalizarlo y petrificarlo, sino para correlacionarlo como instrumento para las soluciones de problemas presentes.
Convertir al socialismo, como decía Cortázar, en “un modelo para armar y desarmar.”
Para que esta revolución triunfe, es necesario responder también a los problemas que plantea la cotidianidad.
No por estar haciendo el combate en el plano de las ideas, los ejecutores de políticas públicas deben olvidarse de la importancia de resolver los problemas cotidianos. Eso puede tener costos políticos para la revolución.
Original de Yurlen Rondón
Internacionalista
