Andrés Pastrana, entonces Presidente de Colombia, y el hoy fallecido líder de las FARC, Manuel Marulanda, en 1998, tratando de encontrar una salida pacífica y negociada al conflicto interno colombiano.
Marulanda. (Botero 1999. Colección Banco de la República de Colombia)Tomado de la revista electrónica "Resistencia" (noticias de las FARC)
El Gobierno guerrerista del Presidente Uribe no logró que el máximo líder de las FARC, Manuel Marulanda, muriera asesinado por las fuerzas militares colombianas, a las órdenes de los intereses de la oligarquía, en operaciones de "sangre y fuego" de la política de seguridad democrática, acciones de guerra fraticida que sostiene actualmente el Gobierno del Presidente Uribe contra el pueblo colombiano, con el visto bueno del Imperio, como sí ocurrió con Raúl Reyes.
Para dolor de la oligarquia colombiana, Marulanda murió de causas naturales y no a manos de balas criminales, como hubiera sido su deseo.
Por el reconocimiento de la beligerancia de las FARC, para que se sienten en una mesa de diálogo conducente a la paz, con la interlocución de países hermanos que desean la PAZ en Colombia, con plenas garantias, y que observen y garanticen el cumplimiento de todo lo establecido en dichos Acuerdos negociados por las partes, de acuerdo al Derecho Internacional Humanitario y de la Paz.
Que las demandas de la FARC sean oídas en esa mesa de diálogo, y que el Gobierno colombiano reconozca que la lucha armada ha sido la única vía que le han dejado a las fuerzas que luchan por la justicia social en ese país: que se trata de un camino elegido por quienes no encontraron más salidas dentro del sistema de castas que gobierna en Colombia desde su creación como República.
Que haya paz en Colombia, más pronto que tarde...
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