martes, 18 de marzo de 2008

Analisis de la Cumbre de Cancilleres de la OEA en el caso Ecuador vs Colombia



Los resultados de la OEA son altamente satisfactorios para los paises que respetan el Derecho Internacional Publico, eso es innegable. Aunque quiza habrian sido mucho mejores si los miembros de la OEA se hubieran pronunciado firmemente a favor de sanciones contra Colombia, por su violacion de la soberania territorial ecuatoriana.

Porque es que el manejo colombiano del tema requeria de parte de los Estados de este continente una reaccion mucho mas firme y contundente, pues la accion colombiana contra la soberania territorial ecuatoriana podria plantear, en el futuro, serios desafios a la seguridad regional de la zona andina y no debe generarse un expediente blandengue.

Se supone que las negociaciones entre Cancilleres fueron fuertes y dificiles, habida cuenta de lo mucho que tardaron en anunciar la resolucion. Ecuador tuvo que haber flexibilizado su posicion y Colombia tuvo que haber reconocido su incorrecto proceder. Por ejemplo, Ecuador tuvo que haber renunciado al uso del termino "condena". En tal sentido, el propio gobierno ecuatoriano ha señalado que la OEA nunca ha usado la palabra "condena"' en una resolución y que, incluir tal termino, hubiera significado "poner a Colombia en una posición peor". Es asi como Ecuador logra obtener una resolucion favorable, mas por el fondo, que por la forma del lenguaje expresado.

Lo cierto es que, en ningún caso puede señalarse, con sensatez, que la acción colombiana de irrespeto a la soberanía territorial ecuatoriana fue "una travesura". Fue un exceso inexcusable y una violación a las normas del Derecho Internacional Publico Interamericano, especificamente los artículos 19 y 21 de la Carta de la OEA.

De hecho, Colombia y su aliado, los EEUU, pretendieron hacer pasar por "aceptable"'esta accion, justificando el derecho de los Estados de protegerse del terrorismo, aun cuando con ello deba pasarse por encima del derecho, bien establecido y reconocido, de la soberania territorial.

Asi, la legitima lucha contra el terrorismo se convierte en una patente de corso para un Estado, para que interprete el Derecho Internacional como le plazca, viole soberanias, llame terrorista a cualquiera, e incluso, ejerza el Terrorismo de Estado, tan reprobable como cualquier accion terrorista de un grupo armado.

El triunfo de la tesis estadounidense/colombiana hubiera significado poner el Derecho Internacional Publico Interamericano totalmente patas arriba, de modo que un Estado, digamos Colombia, pudiera autoarrojarse el supuesto Derecho a pasar por encima de la Soberania Territorial de otro Estado para mantener la seguridad interna en su pais, lo que implicaria la israelizacion de la zona andina, sumando esa accion que se pretendia legitimar en la OEA a la aceptacion de la tesis militarista que pretende la alqaedizacion de las FARC.

El debate se anticipaba dificil: de hecho, llegaron a un acuerdo sobre la resolución pasada la medianoche. Pero bueno, había que llegar a un acuerdo satisfactorio para la mayoría, respecto a la resolución.

Al menos se rechazó la acción colombiana en Ecuador (hubiera preferido una condena), Colombia se comprometió a no repetir la acción, y, lo más importante, se resaltó el respeto a los compromisos asumidos por los países latinoamericanos en la XX Cumbre de Río, en Santo Domingo, con lo cual el Gobierno de los EEUU quedó haciendo cuic-cuic.

La Cumbre de Cancilleres de la OEA y la resultante resolucion sobre el caso Ecuador vs Colombia es, a pesar de que mayor contundencia y firmeza por parte del Organismo Interamericano hubiera sido mucho mejor, un innegable avance en las relaciones interamericanas, ya menos sumisas al Imperio que en los últimos 60 años. Aunque es de suponer que ayer, los EEUU hicieron grandes presiones y chantajes, no lograron su objetivo, que era, sin duda alguna, legitimar la doctrina Bush en América.

Que tal era su objetivo se evidencia en la propia naturaleza de la reserva hecha por la diplomacia norteamericana en la Cumbre de Cancilleres, en el articulo 4, ya que, segun los EEUU "Colombia tiene derecho a la legitima defensa". Como se ve, una interpretacion sui generis del Derecho de los Estados a la Legitima Defensa, interpretacion colombiana hecha a la medida de los intereses del complejo militar industrial estadounidense y de los halcones del Pentagono, belicista y contraria al espiritu del articulo 51 de la Carta de la ONU.

Esperemos que en algún momento del futuro, los Gobiernos latinoamericanos vean la necesidad de aprobar la creacion de un organismo en el que se traten los asuntos estrictamente latinoamericanos, como lo planteo el Presidente Rafael Correa. Las pruebas de la eficiencia de un organismo asi las vemos en la propia dinámica que tomo la XX Cumbre de Río, cuyos resultados permitieron superar prontamente, y casi milagrosamente, las tensiones diplomáticas entre Ecuador, Colombia, Nicaragua y Venezuela, muy presumiblemente porque no existio el obstaculo de los intereses estadounidenses para alcanzar la Paz en la region.



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