Sería ingenuo pensar que el imperio y sus agentes se conformarán con los resultados del referendo.
Sus planes van más allá. Quieren destruir hasta las raíces a la revolución bolivariana. Hasta no quedar nada de ella. Borrar sus conquistas, incluso hasta su recuerdo.
El imperio no puede soportar a un gobierno capaz de desafiar sus órdenes y oponerse al saqueo de su “patio trasero”.
No tolera ni tolerará a un gobierno empeñado en resistir las injusticias y crueldad del liberalismo salvaje, los códigos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
No es posible ablandar al imperio cediendo espacios y haciendo concesiones. Su plan es acabar con toda resistencia y obligar a regresar a la subordinación palaciega del pasado. Cada concesión lo animará a más y más en su encono, presión y agresividad.
No debemos esperar de la contrarrevolución sino nuevos planes para acentuar la campaña internacional de mentiras, nuevos planes para provocar escasez de alimentos esenciales, nuevos planes para usar a las universidades como centros de conspiración, nuevos planes para la violencia y las guarimbas.
Sólo hay una manera de enfrentar al imperio y a la contrarrevolución. Elevando la firmeza y calidad, la unidad y el coraje de los cuadros revolucionarios; mejorando la eficacia del gobierno bolivariano, fortaleciendo el nivel ideológico y la conciencia social del pueblo venezolano.
Nos enfrentamos a un imperio poderoso. También poderoso era el imperio de España en el siglo XIX. Al comienzo nuestro pueblo no entendió el carácter y objetivos de la lucha por la Independencia y se fue detrás de Boves para hundir a la Primera República en las terribles derrotas del año 14.
Bolívar no renunció a luchar y venció.
Chávez no renunciará. Tampoco nosotros.
Tomado de la editorial del Diário Vea del 10 de Diciembre del 2.007
No es posible ablandar al imperio cediendo espacios y haciendo concesiones. Su plan es acabar con toda resistencia y obligar a regresar a la subordinación palaciega del pasado. Cada concesión lo animará a más y más en su encono, presión y agresividad.
No debemos esperar de la contrarrevolución sino nuevos planes para acentuar la campaña internacional de mentiras, nuevos planes para provocar escasez de alimentos esenciales, nuevos planes para usar a las universidades como centros de conspiración, nuevos planes para la violencia y las guarimbas.
Sólo hay una manera de enfrentar al imperio y a la contrarrevolución. Elevando la firmeza y calidad, la unidad y el coraje de los cuadros revolucionarios; mejorando la eficacia del gobierno bolivariano, fortaleciendo el nivel ideológico y la conciencia social del pueblo venezolano.
Nos enfrentamos a un imperio poderoso. También poderoso era el imperio de España en el siglo XIX. Al comienzo nuestro pueblo no entendió el carácter y objetivos de la lucha por la Independencia y se fue detrás de Boves para hundir a la Primera República en las terribles derrotas del año 14.
Bolívar no renunció a luchar y venció.
Chávez no renunciará. Tampoco nosotros.
Tomado de la editorial del Diário Vea del 10 de Diciembre del 2.007
2 comentarios:
Después de los artículos de Luis Bittro garcía y de Robinson Zapata, resulta fuera de tono el editorial (un ondear de bánderas) del diario Vea. Salvo que se quiera "explicar" el 2D como una Conspiración del Imperio.
La explicación es muy fácil: sin revolucionarios no hay revolución. El primer objetivo de una revolución es crear revolucionarios. Una gobierno que no logra crear revolucionarios, creará burocrátas.
Un ejercicio práctico: hagamos una lista con los gobernadores y ministros del gobierno, ¿cúantos de ellos son realmente revolucionarios? Ni siquiera hay suficientes burócratas buenos.
Se publicaron tres explicaciones para la derrota, por ahora, de la propuesta de reforma constitucional.
Tres explicaciones que responden a tres visiones procedentes de revolucionarios totalmente comprometidos con el proceso de cambios.
En mi opinión, las revoluciones se hacen con revolucionarios, pero también con algo más importante: consciencia revolucionaria.
Como dijo el Presidente Chávez, falta madurez revolucionaria, y para allá vamos. Como dice el Eclesiástes "Todo tiene su tiempo".
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