Aunque los revolucionarios bolivarianos tenemos todas las razones para temer ataques de los fascistas, yo pienso que uno no puede vivir con miedo.
Vivir con miedo no es vivir, es sobrevivir. Y la vida Dios nos la ha entregado para vivirla, no para sufrirla.
Un buen día, me puse a analizar "mi constelación familiar" y ví que, de una u otra forma, muchos de mis antepasados fueron personas que no tuvieron y no tienen miedo a enfrentarse al Poder oligárquico establecido.
Si ellos no lo tuvieron, yo tampoco lo tengo.
Uno debe vivir para aportar algo al mundo, hacer un cambio, dejar una huella que sea por el beneficio de la Humanidad.
¿Por qué hemos de vivir encerrados en nuestras casas, volcados hacia el mundo privado?
Allí habremos sobrevivido, mas no vivido.
Los revolucionarios bolivarianos, los que sentimos que ésto es un compromiso ético de altísimo nivel espiritual, y no otra cosa, somos Guerreros de la Luz...desde nuestras trincheras.
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